sábado, 26 de marzo de 2011

Poemas para el Alma y Música para el Corazón

GABRIELA MISTRAL

(1889-1957)

Escritora chilena nacida en Vicuña. Fue una destacada educadora que visitó México, donde cooperó en la reforma educacional, Estados Unidos y Europa, estudiando las escuelas y métodos educativos de estos países. Además fue profesora invitada en las universidades de Barnard, Middlebury y Puerto Rico. A partir de 1933, y durante veinte años, desempeñó el cargo de cónsul de su país en ciudades como Madrid, Lisboa y Los Ángeles, entre otras.

Su poesía, llena de calidez y emoción y marcado misticismo, ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco, e influyó en la obra creativa de muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz. Sus diversos poemas escritos para los niños se recitan y cantan en muy diversos países. En 1945 se convirtió en el primer escritor latinoamericano en recibir el Premio Nobel de Literatura. Posteriormente, en 1951, se le concedió el Premio Nacional de Literatura. Hija de un profesor rural y con una hermanastra de la misma profesión, Gabriela Mistral, con temprana vocación por el magisterio, llegó a ser directora de varios liceos fiscales. Su fama como poetisa (aunque ella prefería llamarse -poeta) comenzó en 1914 luego de haber sido premiada en unos Juegos Florales por sus -Sonetos de la muerte-, inspirados en el suicidio de su gran amor, el joven Romelio Ureta. A este concurso se presentó con el seudónimo que desde entonces la acompañaría toda su vida. A su primer libro de poemas, Desolación

(1922), le siguieron Ternura (1924), Tala (1938), Lagar (1954) y otros.




EL ÁNGEL GUARDIÁN

Es verdad, no es un cuento;
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.

Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.

(No es un cuento, es verdad.)

El tiene cuerpo, manos y pies de alas
y las seis alas vuelan o resbalan,
las seis te llevan de su aire batido
y lo mismo te llevan de dormido.
Hace más dulce la pulpa madura
que entre tus labios golosos estruja;
rompe a la nuez su taimada envoltura
y es quien te libra de gnomos y brujas.

Es quien te ayuda a que cortes las rosas,
que están sentadas en trampas de espinas,
el que te pasa las aguas mañosas
y el que te sube las cuestas más pinas.




1988 - The Narada Collection




01. After The Rain - Part 3 (Michael Jones)
02. The Waiting (Peter Buffett)
03. Tomorrow's Child (Spencer Brewer)
04. Seguaro (David Lanz & Paul Speer)
05. Oaks (Eric Tingstad, Nancy Rumbel & David Lanz)
06. Reflections (Bruce Mitchell)
07. Night Wind (David Arkenstone)
08. Eagle's Path (Edited Version) (David Lanz & Paul Speer)
09. Empire Builder (Peter Buffett)
10. Indian Summer (Friedemann)
11. Shadow Dancer (Spencer Brewer, Eric Tingstad & Nancy Rumbel)
12. Valley In The Clouds (David Arkenstone)
13. Sunshower (Friedemann)
14. Tra Amici (John Doan)
15. Dharma (Bruce Mitchell)
16. Behind The Waterfall (David Lanz & Paul Speer)



1989 - The Narada Collection Two



01. Cristofori's Dream (David Lanz)
02. Safe Harbor (Richard Souther)
03. Shenandoah (Eric Tingstad & Nancy Rumbel)
04. Trail Of Tears (Peter Buffett)
05. The Long Riders (Richard Souther)
06. Horizons (Ralf Illenberger)
07. The Island Road (David Arkenstone & Andrew White)
08. Eric's Theme (Spencer Brewer)
09. Wings To Altair (David Lanz)
10. The Alluvial Plains (Colin Chin)
11. Vivaldi (Carol Nethen)
12. The Belly Of The Beast (Colin Chin)
13. Carnation Lily Lily Rose (David Arkenstone & Andrew White)
14. Don Juan (Eric Tingstad & Nancy Rumbel)
15. All The Way Home (Richard Souther)



1991 - Narada Collection 3



01. City Lights / Western Sky (Richard Souther)
02. Homeland (Eric Tingstad & Nancy Rumbel)
03. Bois De Boulogne (Martin Kolbe)
04. The Great Wall (David Arkenstone)
05. Je T'aime (Brian Mann)
06. Moon Run (Trapezoid)
07. Sunrise (Michael Jones)
08. The Logic Of Love (William Ellwood)
09. Journey To You (Doug Cameron)
10. Heart & Beat (Ralf Illenberger)
11. Children Of The Disappeared (Jim Jacobsen)
12. In The Court Of The Mermaid (Friedemann)
13. Dream Tower (Wayne Gratz)
14. Warm Sound In A Gray Field (Edited Version) (Peter Maunu)
15. New Land (Bernardo Rubaja)
16. Always There (Spencer Brewer)







miércoles, 16 de marzo de 2011

Jehova Mi Pastor Es....










Parábolas de los que se perdieron y fueron hallados

ROBERT D. HALES

Of the Quorum of the Twelve Apostles

Robert D. Hales




Como pastores bajo la dirección del Salvador, tenemos la responsabilidad de esforzarnos “por rescatar a quienes se han alejado del camino”

En el capítulo 15 del Evangelio según Lucas, el Salvador utiliza tres parábolas para enseñar el valor de un alma, mostrándonos cómo encontrar y devolver al rebaño de fe y a la familia aquello que se ha perdido.

En las parábolas, la oveja va errante, la moneda de plata se pierde y el hijo pródigo malgasta su herencia en una vida desenfrenada, pero el pastor busca en el desierto, la mujer barre la casa y el padre benévolo aguarda el regreso de su hijo, siempre listo para darle un abrazo y una cálida bienvenida a casa.

Las parábolas del Salvador, así como los tres artículos de los líderes de la Iglesia que siguen a continuación, nos recuerdan que, como pastores bajo Su dirección, tenemos la responsabilidad de esforzarnos “por rescatar a quienes se han alejado del camino para que ningún alma preciosa se pierda” 1 .

Rescatemos ovejas perdidas

Hace unos años, al principio de la primavera, mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de viajar por la hermosa región de Star Valley, en Wyoming, EE. UU. Era una maravillosa mañana primaveral y los paisajes y vistas eran inspiradores.

Al entrar en el valle, Jackie y yo disfrutamos al ver de cuando en cuando un rebaño de ovejas con docenas de corderitos. Pocas cosas son más enternecedoras que un corderito. Al ir por la transitada carretera, vimos un pequeño cordero fuera de la valla, cerca de la carretera. Corría frenéticamente de un extremo al otro de la valla, intentando volver al rebaño. Deduje que el corderito fue lo suficientemente pequeño como para haber salido por una abertura de la valla, pero ahora no podía regresar.

Estaba seguro de que si no nos deteníamos para rescatarlo, acabaría por irse hacia la carretera y resultaría herido o atropellado. Detuve el auto y le dije a Jackie y a nuestros compañeros de viaje en el asiento de atrás: “Esperen aquí; esto sólo va a tomar un momento”.

De manera natural supuse, con mi total falta de experiencia de pastoreo de corderos, que el atemorizado cordero se alegraría de verme; después de todo, tenía las mejores intenciones. ¡Estaba allí para salvarle la vida!

Sin embargo, para desilusión mía, el cordero estaba atemorizado y no apreciaba en absoluto mis esfuerzos para salvarlo. Al acercarme a él, el pobrecito se alejó de mí lo más rápido que pudo a lo largo de la valla. Al contemplar mi dificil situación, Jackie salió del auto para ayudarme; pero aun entre los dos no pudimos atrapar al pequeño y veloz corderito.

Al llegar a ese punto, la pareja que estaba en el asiento de atrás, quienes habían estado disfrutando del rodeo, salieron del auto y se unieron a los intentos de rescate. Con todos nuestros esfuerzos, finalmente acorralamos al asustado corderito contra la valla. Al acercarme para recogerlo con mi ropa limpia de viaje, me di cuenta rápidamente de que el animal tenía el marcado aroma del corral. Fue entonces cuando empecé a preguntarme si ese esfuerzo en verdad merecía la pena.

Al levantarlo y ponerlo a salvo al otro lado de la valla, luchó y pataleó con todas sus fuerzas, pero al poco rato encontró a su madre y se acurrucó firme y tranquilamente en su costado. Con la ropa un tanto desaliñada, pero con gran satisfacción y paz de que habíamos tomado la decisión correcta, seguimos nuestro camino.

Desde entonces, he reflexionado varias veces sobre esa experiencia. Me pregunto si haríamos esa clase de esfuerzo por salvar a un vecino desagradecido menos activo. ¡Espero que sí! “Pues, ¿cuánto más vale un hombre que una oveja?”, preguntó el Salvador (Mateo 12:12). En todo barrio, rama y estaca hay corderos perdidos y en peligro de extinción.

Al reemplazar la palabra servir por rescatar en el himno “¿En el mundo he hecho bien?”, les invito a que consideren su aplicación al salvar corderos perdidos:

Por doquier se nos da oportunidad
de rescatar y amor brindar.
No la dejes pasar; ya debes actuar.
Haz algo sin demorar 1 .

Nuestros vecinos tal vez parezcan desagradecidos, atemorizados, o sin interés de ser rescatados; y nuestros esfuerzos por rescatarlos tal vez tomen tiempo, esfuerzo, energía y el apoyo y la ayuda de los demás, pero este esfuerzo será recompensado con bendiciones eternas. Como prometió el Señor, si “[le traemos] aun cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será [n]uestro gozo con ella en el reino de [nuestro] Padre!” (D. y C. 18:15).


Lex de Azevedo - The Lord Is My Shepherd

20091031184144-lex.jpg

I am a child of god

Abide with me

Sweet hour of player

A poor wayfaring man of grief

As the dew from heaven distilling

The lord is my sheperd

Abide with me ´tis eventide

There is green hill far away

Come, come ye saints

God be with you




Música para escuchar


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